Queridos Reyes Magos:

Os escribo esta carta como cada año para pediros algunas cosas que creo que son necesarias y me hacen falta, aunque comprendería que se os escapasen de vuestras posibilidades. Estamos en época de crisis y seguro que ésta ya ha llegado a Oriente.

No obstante, quiero insistir en pedíroslo, ya que es muy necesario tanto para mí como para mis amigos y vecinos de Tomares. No os pido caprichos personales, sino bienes que aliviarían el día a día de los habitantes de este municipio. Además, seguro que algo podéis hacer. ¿Por qué mantendríais a vuestro paje real en Andalucía –sí, ése que llaman ‘Tito Chaves’— tantos años si no fuera capaz de traer el bien a esta tierra? Y no sólo a él, sino también a Gaspar, su mano derecha. Aunque de ése me fío menos, porque con ese nombre seguro que tiene enchufe.


Por temas de estudios en mi caso y de trabajo en el de mis padres, tengo que desplazarme a diario desde Tomares hasta Sevilla. Sin embargo, tanto por la mañana al ir a clase como por la tarde cuando vuelvo nos encontramos con un atasco formado por miles de coches asfixiando la circulación en unas carreteras construidas hace casi 20 años con motivo de la Expo 92, que ya ha llovido desde entonces.

Es una situación que se repite todos los días desde hace muchos años, y no obstante nuestros gobernantes no le ponen remedio. Al contrario, han permitido que se siga edificando hasta el punto de que las comunicaciones no soporten el volumen de vehículos existente.

Además, los fines de semana puede llegar a ser peor, sobre todo si coincide con época de rebajas. Tomares está rodeado por centros comerciales (Aire Sur e Ikea en Castilleja de la Cuesta, Carrefour en Camas e Hipercor y Carrefour en San Juan de Aznalfarache) que copan el tránsito de carriles enteros con miles de coches en fila india deseosos de llegar a sus destinos mientras otros aún no han logrado salir de allí, haciendo por tanto imposible acceder a nuestro pueblo.


Después de decenas de años los que mandan se decidieron por apostar por un proyecto iniciado en los años 70 en Sevilla capital: el transporte suburbano, también conocido como “Metro”, que dada la enorme población existente en las localidades del Aljarafe también llegaría hasta esta zona.

Sin embargo, pese a que a todos nos llenó de ilusión que el Metro viniera a casa, luego nos dimos cuenta de que Tomares se quedaba fuera no se sabe muy bien por qué, mientras que otros pueblos de la comarca sí disfrutarán de él. “Tendréis Cercanías del Aljarafe”, nos decían, esperando que así al menos nos contentásemos, pero el Cercanías tampoco llega sencillamente porque la dotación presupuestaria para este año es ínfima en comparación con lo inicialmente proyectado.

De esta forma, hoy tenemos atascos, seguiremos teniéndolos porque el éxodo de población de la capital a la periferia es constante, y no tenemos medios para mejorar las comunicaciones. Bueno sí, hay un proyecto consistente en un teleférico que conecte nuestra localidad con Sevilla, y aunque pueda sonar a montañero a falta de pan buenas son tortas.

Sin embargo, no sabía que entre los pajes reales de Sus Majestades existiera la envidia y el afán de protagonismo. Resulta que la idea del teleférico es de la competencia de ‘Tito Chaves’, y por tanto en Tomares no hacen más que decir que ese proyecto no va a ninguna parte.

No obstante, otros pueblos cercanos como Bormujos han mostrado su interés en sumarse a esta idea, por lo que tan mala no debe ser.

En conclusión, queridos Reyes Magos, os pido que mejoréis las comunicaciones entre Sevilla y Tomares y el Aljarafe por extensión, ya sea por medio de una ampliación del trazado del Metro, un impulso al proyecto del Cercanías, dándole el visto bueno al teleférico o haciendo carreteras nuevas. Lo que sea, que bienvenido será.

Por desgracia, tengo que reconocer que esta carta, fechada en 2009, os la reenviaré prácticamente idéntica dentro de un año, porque seguro que por entonces nada de esto estará hecho porque nada hará ‘Tito Chaves’, vuestro paje real. Es así, y por favor, no seáis muy duros con él. Está mayor, lleva demasiado tiempo en su cargo y, como diría el filósofo Immanuel Kant, “el ejercicio prolongado del poder obnubila necesariamente el ejercicio de la razón”. Que le sorprendierais con la jubilación anticipada sería el mejor regalo que le podríais hacer.

Bueno, eso y un poquito de carbón.

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